Durante las sesiones del viaje restaurativo que trabaja el programa Justicia Restaurativa Juvenil al interior de los CAE, uno de los temas principales de trabajo es la reparación y el perdón entre el ofensor y su víctima.
En muchos casos las víctimas de los jóvenes infractores son sus familias; mamás, abuelas, hermanas, tíos, primos o miembros del núcleo cercano, quienes luego del acto delictivo resultan marcados por una ofensa que es difícil de sanar por sí sola. Por esto es muy importante para el programa escuchar a las familias completas, entender sus dinámicas y trabajar en equipo en pro de una reparación sincera, fomentando con esto la recuperación de las relaciones, la confianza, la responsabilización, la reparación e impulsando nuevamente el sentimiento de amor, necesidad y aprecio familiar.
Este año durante los ciclos restaurativos realizados en la Institución Educativa y de Trabajo San Jose (https://etsanjose.org/) quisimos acompañar una de las sesiones y brindar un espacio con micrófono abierto para escuchar a los participantes.
Lo que dio como resultado este video donde participan a una madre que fue víctima de violencia intrafamiliar por parte de su hijo y su hijo quien actualmente está cumpliendo una sanción y durante su estancia en la institución; luego de conocer el programa Justicia Restaurativa Juvenil quiso formar parte de inmediato y motivó a su madre para realizar el proceso juntos, consciente de que necesitaba reparar y pedir perdón.
Como este caso, muchas historias similares se han repetido durante las diferentes sesiones restaurativas realizadas al interior del país, hay ofensores que sienten el anhelo profundo de hablar, demostrar empatía y reparar, y por falta de espacios como este no logran el objetivo lo que los desmotiva y les hace pensar que no son personas dignas de un trato humano, de aspirar a sueños, cumplir metas y enderezar su camino. Por esto es tan importante la Justicia Restaurativa creemos en ella y la promovemos ya que sabemos que es el mejor mecanismo para escuchar a ambas partes, unirlas en un diálogo y propiciar el espacio idóneo para que pueda brindarse y conceder el perdón en pro de sanar heridas.
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