PRONUNCIAMIENTO
25N: Día Internacional de la
Eliminación de las violencias contra las mujeres.
Hoy somos las mujeres que históricamente hemos cargado sobre nosotras mismas imaginarios y discursos propios de un sistema patriarcal que siguen silenciándonos y despojándonos de todas las razones por las cuales somos mujeres dignas.
Hoy somos las mujeres de fe que, aunque nuestra convicción en Jesús ha sido el acto liberador más importante en su historia de vida, también reconocemos que ese escenario llamado iglesia ha estado en detrimento de nuestro lugar y liderazgo preponderante.
Hoy somos la voz de muchas mujeres afectadas por el lastre patriarcal en nuestras comunidades de fe, siendo víctimas de múltiples formas de violencia, todas ellas legitimadas en nombre de un discurso religioso fundamentalista. Hoy encarnamos la vida de muchas mujeres que viven con miedo a denunciar, de romper con la espiral de violencia religiosa que se perpetua en tanto estos patrones violentos reproduciéndose.
Por ello hoy, y en el marco del 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, reivindicamos la garantía de nuestros derechos y la defensa de la vida digna que convoca a todos y todas quienes somos parte de la sociedad civil. Reconocemos que las iglesias somos un sector fundamental en el escenario social y que cada vez más se está visibilizando su quehacer en favor de llamados cruciales como la construcción de paz, pero que no puede eludirse el ejercicio evidente y la labor de largo aliento que tenemos en seguir transformando dichos patrones al interior de nuestras comunidades de fe que siguen violentando y amenazando la integridad de nosotras las mujeres.
Nos vinculamos a la consigna de ONU Mujeres de que No hay excusa para la violencia hacia las mujeres. Hoy más que nunca necesitamos desmantelar la estructura patriarcal inherente a los discursos religiosos, para poder recrear y co-crear entornos libres de violencias. Hoy nos reconocemos en los actos de resistencia y osadía de muchas mujeres que en el Nuevo Testamento no fueron nombradas, siendo esta también la estrategia androcéntrica por desdibujarnos de la historia y silenciarnos, pero que, fue la subversión de una mujer que tocó el manto de Jesús, la valentía de la mujer sirofenicia que se atrevió a increpar y disidir con el Maestro para reclamar el milagro para su hija y la resistencia de la viuda hasta que se le hiciera justicia, lo que hoy sigue alentándonos a las mujeres de fe que luchamos por nuestra vida digna, pues Jesús mismo se encargó de dignificarnos.
Finalmente, hoy hacemos un llamado directo a las comunidades de fe a articularse en esta lucha, pues si bien la eliminación de las violencias hacia las mujeres es una apuesta de gran envergadura y complejidad, necesitamos revisar nuestras estructuras para dejar de lado aquello que impide que este sea un ejercicio que integre tanto a hombres como mujeres, pues solo así podremos fisurar los cimientos para reconstruirlos.
¡Porque vivas y dignas nos queremos!
Red de Mujeres, Comisión de Paz CEDECOL
25 de noviembre de 2024.
Confraternidad Carcelaria de Colombia
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